
El sol inundaba todo el
terreno como si fuese un mar dorado. Una suave brisa corría en el balcón,
recordándole a Urania que ya no era verano. Y sin embargo allí estaba ella, en
su suave y escueto camisón semi-transparente, esperando el amanecer.
Sus cabellos, ahora
iluminados por el sol, volaban en busca de libertad, una libertad que hasta la
fecha su dueña no había encontrado. Ni libertad, ni paz.
Su mente estaba inquieta,
revoloteaba por todos sus recuerdos, centrándose en el misterioso hombre que le
aseguraba que podía cambiar. Aquel chico que le había recordado lo que es
sentirse humano. Pero no para ella.
Urania era una naufraga,
perdida entre dos océanos, iguales pero distintos, y en los cuales no
encontraría salvación alguna.
Una cascara vacía, así
fue como la describió. ¿Por qué le dolía tanto? Eres consciente de que siempre
te odiaste a ti misma por ello. Y aun así duele. A ti, la persona que solo
puede sentir sensaciones primarias, como la ira, o el placer. A ti, que te
fueron vedados los nobles sentimientos, que sacan lo mejor de las personas.
¿Tú los anhelabas? No,
¿Los sigues anhelando? “No lo sé”
Tu rostro parece
tranquilo, e incluso muestra una leve sonrisa. Pero todo está vacío por dentro,
¿No es así, Urania?
“¿Qué me está pasando?”
Antes tú no darías nada por nadie. Ahora estas preocupada, y no por tu vida. Ni
si quiera por la vida de otro, si no por sus sentimientos. ¿Te preocupa lo que dirá
Jellal? ¿Te preocupa lo que te dijo Erik? Es normal. “Estoy jugando con fuego”
No puedes evitarlo, es
algo que se escapa de tu control. Sentir. ¿Lo deseas? ¿Lo rechazas?
Dos opiniones dentro de
ti chocan frenéticamente, causando una devastadora tormenta que nubla tu mente
y tu corazón, si es que aun lo usas.
Dos frentes tan
diferentes que es imposible una rendición. Una debe sucumbir a otra. ¿Por qué
tan dividida?
¿En verdad deseas sentir?
No sabes lo que quieres chiquilla… Tú que leíste las historias clásicas, los
desastres amorosos que ocasionaron los sentimientos. Los desbarajustes que crearon.
¿No recuerdas Romeo y Julieta? ¿Acaso has olvidado tu risa y desprecio por los
protagonistas? ¿No te sentías a salvo de ello cuando eras pequeña?
Y ahora mírate, sufriendo
por dentro, por algo irreal, algo inexistente. Algo doloroso, un arma que
usaste para tu beneficio, algo que nunca te afecto.
Y no puedes evitarlo.
De repente escuchas un
ruido, que proviene de la habitación. Sonríes inconscientemente cuando el
camina hacia a ti. Se sitúa con cuidado detrás de ti, mirándote. Sin decir
nada.
¿En qué se ha quedado
vuestra relación? Era un pacto, y ¿ahora qué? “Es una necesidad” Te estremeces
cuando el pasa su mano por tu espalda prácticamente desnuda. Y sonríes. Él te
nota turbada.
-Jellal- lo llamas, con
un hilo de voz, lo imploras casi. Te fijas en que el te mira, con esos
profundos ojos pardos que tanto te han mirado a lo largo de los años. Bajas la
mirada, avergonzada. ¿Necesitas valor para decírselo? “No seré capaz” Notas el
suave y frió tacto de su piel, acariciándote la cara y obligándote a mirarle de
nuevo.- ¿Tú tienes sentimientos?
Te aventuras a preguntar.
Te aventuras a destruir el palacio de cristal que juntos habíais construido a
lo largo de los años. Sin preguntas, sin más sus ojos se apagan. Al igual que
tu no puede contestar, pero tú sabes que lo hará, que contestara, que te
clavara otra daga en tu ya agujereada alma. Y tú no sabes si eres capaz de
soportarlo. Urania, ¿Qué has hecho? “Lo correcto” pero, ah, no estás tan
segura… ¿O sí?
-No lo sé…- contesta el
bajito, aun sostiene tu barbilla entre sus manos, suaves y fuertes al mismo
tiempo. –Nunca… Yo, creo que te debo una disculpa, Urania…- consigue decir al
fin.
-Yo no.- te giras violentamente,
dejando su rostro en tu espalda. No eres capaz de mirarle, no ahora.-Pero…
¿sabes una cosa? Quiero poder sentir. Sentir odio, o incluso amor. Alegría,
esperanza, ilusión… Quiero que dejen de ser simples palabras, simples utopías.
Quiero conocer vuestro mundo, Jellal, quiero ser humana.
No dice nada. Se queda
callado, viendo la danza de colores sobre las nubes, disfrutando del cálido
resplandor dorado que gobierna el cielo ahora.
-Eso te puede destruir,
Urania. Al contrario que yo, tú no eres vulnerable.- su voz resuena como un eco
de su existencia, abrumándote por el peso de sus palabras.
-Eso tú no lo sabes-
respondes más dura. -Ayúdame… Jellal, ayúdame por favor, no quiero seguir así.
Le imploras, sollozando,
dejando tú mascara a un lado, dejando que vea tu dolor, tu sufrimiento.
Dejas
que se involucre en tu tormenta interior. Deseas que sea capaz de sacarte de
ahí. Quieres dejar de ser un naufrago, una carcasa. Solo quieres vivir.
-Dime como, Urania, ¿Cómo
puedo yo ayudarte?- le dice mientras te abraza fuertemente desde atrás. Relajas
tus músculos, y te dejas llevar. Te sientes especialmente bien entre sus
fuertes brazos. Y quizás porque es la primera vez que te abraza, quizás porque
después de todo, sí que es capaz de ayudarte. Tu mente está en paz por un
segundo mientras permaneces con él. Depositas tu cabeza en sus hombros y
cierras los ojos. Solo por un instante parece que el mundo no esta tan mal como
aparenta. Y sonríes, pero esta vez de verdad.
Fragmento de mi historia original de Wattpad, [Letal]

Gin, escribes unos textos preciosos.¿Quieres casarte conmigo?
ResponderEliminarVoy a pasarme por tu historia de wattpad por que añdbflsjehbfshlghf *fangirl moment*
Jo muchas gracias Carls<3 te amo^^
EliminarAquí estoy, como te prometí.
ResponderEliminarAl final, voy a tener que pasarme regularmente por Wattpad y leerme tu historia porque hija... consigues intrigarme.
Tienes una forma de escribie asi como... ¿increible?
Me encanta, en serio
Sigue escribiendo por favor y yo mientras, te seguiré leyendo.
Besitois: Elii ♥
Muchas gracias elii te super amodoro^^ besis guapa<3
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